—¿Te gusta tu trabajo? Fue la pregunta de una clienta esta semana. Sin dudarlo respondí: —¡Me encanta! Y la pregunta vino porque, desde su perspectiva, relaciona mi trabajo con la tragedia. Reconozco que mucho tiempo tuve una idea similar sobre mi trabajo como psicoterapeuta. Pensaba en lo terrible que era que las personas tuvieran que acudir a mí, ya que eso implicaba que algo malo estaba pasando en sus vidas. Afortunadamente, mi perspectiva ha cambiado. —Yo no trabajo con las tragedias de las personas. Yo las acompaño a florecer. Agregué. No quiero decir con esto, que niegue el dolor o las circunstancias adversas que atraviesan las personas que acuden a psicoterapia conmigo. Lamentablemente, algunas son muy fuertes y muy dolorosas. Sin embargo, he elegido una forma de acompañar ese dolor que, para mí, hace una diferencia. Además de acompañar a florecer, me gusta pensar mi trabajo como una invitación a disfrutar más la vida. No siempre hay dolor y tragedia...
Comentarios
Publicar un comentario