Me comprometo conmigo misma. Me comprometo a vivir cada día, la vida que quiero vivir. Me comprometo a seguir soñando con los ojos abiertos. Me comprometo a trabajar por alcanzar mis sueños. Me comprometo a rodearme de personas con quienes florecer juntas. Me comprometo a escuchar lo que mis emociones quieren decirme y cuidar de ellas. Me comprometo a cuidar mi cuerpo con amor. Me comprometo a ser paciente y confiar en que los resultados esperados llegarán. Me digo sí, una y otra vez. Me comprometo a florecer bonito. Y tú, ¿A qué te quieres comprometer contigo misma? Envíame un mensaje si deseas crear un compromiso contigo hacia una vida más disfrutable o iniciar un proceso terapéutico: Agendar una cita o enviar mensaje aquí. Me encantará acompañarte en tu compromiso a florecer. Psic. Cynthia Sosa Infante Terapeuta de mujeres y parejas
A veces florecemos de forma fácil... Otras veces florecemos con ayuda... A veces florecemos cuidadas y acompañadas con todo tipo de protección... Otras veces florecemos lenta y pausadamente a nuestro ritmo... A veces florecemos todo el año, ...y otras sólo por temporada. A veces florecemos para otras y otros... Y a veces florecemos de forma silvestre, sin importar quien nos vea. A veces no nos queda más que florecer en la adversidad, incomodando y sin pedir permiso. ¿Cuál es tu forma de florecer? Recuerda, florecer bonito. Envíame un mensaje si deseas volver a ti, recuperar tu maravillosa vida y reconectar con tu poder personal y único. Envíar un mensaje aquí Me encantará acompañarte a florecer. Psic. Cynthia Sosa Infante Terapeuta de mujeres
—¿Te gusta tu trabajo? Fue la pregunta de una clienta esta semana. Sin dudarlo respondí: —¡Me encanta! Y la pregunta vino porque, desde su perspectiva, relaciona mi trabajo con la tragedia. Reconozco que mucho tiempo tuve una idea similar sobre mi trabajo como psicoterapeuta. Pensaba en lo terrible que era que las personas tuvieran que acudir a mí, ya que eso implicaba que algo malo estaba pasando en sus vidas. Afortunadamente, mi perspectiva ha cambiado. —Yo no trabajo con las tragedias de las personas. Yo las acompaño a florecer. Agregué. No quiero decir con esto, que niegue el dolor o las circunstancias adversas que atraviesan las personas que acuden a psicoterapia conmigo. Lamentablemente, algunas son muy fuertes y muy dolorosas. Sin embargo, he elegido una forma de acompañar ese dolor que, para mí, hace una diferencia. Además de acompañar a florecer, me gusta pensar mi trabajo como una invitación a disfrutar más la vida. No siempre hay dolor y tragedia...