¿Aceptar o no aceptar? Esa es nuestra cuestión.
Muchas veces, con frecuencia oímos, o decimos, que sólo hasta que aceptemos algo, ya sea como somos o como es alguien, ya sea alguna situación, condición o adversidad, ya sea el “así es la vida”, y cosas por el estilo, tendremos bienestar y por fin seremos felices.
Sin embargo, queremos compartirte porque nosotras últimamente no nos sentimos cómodas con la palabra aceptar. No queremos aceptar. Y no queremos invitar a nuestros clientes y consultantes a aceptar sus situaciones. Estamos consciente del hecho de que algunos modelos psicológicos proponen esto como una de sus metas de salud mental, pero pensamos que deja únicamente la responsabilidad de ese bienestar en la persona que “está mal” o se siente mal y se ve en la necesidad de acudir a consulta para sentirse mejor.
Pero, ¿qué hay de los contextos y las circunstancias en los que aquellas personas desarrollan esos malestares?; ¿qué pasa con las condiciones que oprimen, discriminan, violentan, minimizan, invalidan? Esas no las vemos. A veces es más fácil, y más cómodo, señalar a alguien, decir que está mal y exigir que cambie sólo a él/ella. O peor aún, pedirle que acepte lo que está pasando y aprenda a estar tranquila con la incomodidad de su malestar.
Para nada es nuestra intención invalidar las teorías y a las personas a quienes esto les funciona. Pero habemos otras personas que no queremos aceptar, que nos negamos a dejar que las cosas, las circunstancias, las condicione y las personas sigan como están. Habemos personas que anhelamos un mundo mejor y que estamos dispuestas a trabajar por él. Habemos personas que queremos ser el cambio que queremos ver en el mundo. Algunos se llaman guerreras, otras activistas, otras soñadoras, otras buscadoras de posibilidades.
Hace unos meses, Carolina, trajo un poster a Conversares con las palabras de Angela Davis , “No estoy aceptando las cosas que no puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar”, el cual no sólo se volvió una linda decoración para la puerta de nuestro consultorio, sino una invitación a nuestrxs clientxs a cambiar sus circuntancias, una invitación a no aceptar que el problema son sólo ellxs, o los otrxs. Una invitación a no aceptar que las cosas tienen que seguir siendo como han sido hasta ahora. Una invitación a cuestionar lo establecido para ellxs. Una invitación a incomodar con su anhelo de cambio.
¿Qué hacemos en lugar de aceptar?
Reconocemos. Reconocemos el malestar. Reconocemos que no estamos bien. Reconocemos que necesitamos ayuda. Reconocemos que nos duele. Reconocemos que nos enoja. Reconocemos que no estamos a gusto. Reconocemos que no está padre. Reconocemos que queremos más. Reconocemos que queremos ser personas libres. Reconocemos que queremos amar sin ser juzgadas. Reconocemos que queremos descansar. Reconocemos que queremos vidas disfrutables. Y después que reconocemos, empezamos a movernos en el cambio que deseamos para nosotrxs y nuestrxs personas importantes.
¿Qué cosas, personas, circunstancias o condiciones quieres dejar de aceptar en tu vida?
Déjanos saber cómo podemos acompañarte en este proceso.
Con cariño,
Psic. Caro Torres Báez, terapeuta de niños, adolescentes, adultos y familias.
https://wa.me/5219994312562
Psic. Cynthia Sosa Infante, terapeuta de adultos, familias y parejas.
https://wa.me/5219999812468
Comentarios
Publicar un comentario